Microsoft es una empresa consultora de OpenAI y eso podría ser bueno para Google
En el mundo de la tecnología, donde la IA es una potencia en ascenso, ha surgido un giro que llama la atención y que podría inclinar las cosas hacia Google. Esto se produce a pesar del movimiento sustancial de Microsoft con OpenAI. El director ejecutivo de la empresa de ciberseguridad Okta, Todd McKinnon, compartió esta interesante idea a través de múltiples entrevistas.
Señaló cómo la elección de Microsoft de utilizar OpenAI como repositorio de sus principales herramientas y software de IA podría ayudar involuntariamente a Google. Según McKinnon, este movimiento resalta una historia más amplia en el campo tecnológico sobre dónde comenzó el desarrollo de la IA y hacia dónde se dirige.
La colaboración de Microsoft con OpenAI está llamando la atención, ya que la empresa ha invertido miles de millones en esta asociación estratégica. Las innovaciones resultantes de esta alianza incluyen el asistente de inteligencia artificial CoPilot de Microsofti y las PC impulsadas por inteligencia artificial; ambas se basan en tecnología avanzada de OpenAI.
Sin embargo, McKinnon destaca una situación curiosa que se está desarrollando dentro de Microsoft, insinuando que podría estar cambiando hacia una consultoría para OpenAI en lugar de liderar el camino en la innovación en IA.
Por otro lado, Google parece estar adoptando un enfoque diferente. La empresa no ha cedido su I+D en IA a otros; más bien, depende de DeepMind como potencia interna.
Las investigaciones y los avances realizados por Google (especialmente aquellos relacionados con los transformadores, que son modelos de aprendizaje profundo que desempeñan un papel importante en la IA generativa) forman la base de lo que vemos hoy en los grandes modelos de lenguaje (LLM).
Esta elección estratégica para promover la innovación interna podría ser el arma secreta de Google, ayudando a la empresa a mantener su ventaja en la competencia de la IA.
Sin embargo, la vida de Google no siempre es fácil. Incluso con su fortaleza en tecnología, la empresa ha tenido dificultades para lanzar con éxito sus productos de IA. Desde descripciones generales de IA que dan consejos extraños hasta el modelo de IA Gemini que muestra imágenes incorrectas históricamente, el viaje de Google en IA ha sido heterogéneo.
Estos pequeños problemas enfatizan cómo el desarrollo de la IA puede ser impredecible y el desafiante camino hacia la obtención de viabilidad comercial.
McKinnon también hizo una observación más amplia, reconociendo el carácter especial de la IA como área tecnológica. A diferencia de tendencias tecnológicas pasadas, como las computadoras personales, que experimentaron cambios disruptivos generalmente impulsados por el inicio de pequeñas empresas, el progreso en IA depende en gran medida de grandes inversiones de los gigantes tecnológicos.
Esta situación plantea cuestiones sobre la competencia y cómo las reglas podrían influir en el próximo escenario de desarrollo de la IA.
El drama en curso que involucra a Microsoft, OpenAI y Google ofrece una vista previa de las tácticas que podrían decidir a los ganadores de la IA. La inversión de Microsoft en OpenAI es un paso audaz para moldear el futuro de la IA. Por otro lado, el compromiso de Google de desarrollar su I+D podría potencialmente darle una ventaja con el tiempo en comparación con otras empresas que dependen de avances externos.
A medida que la inteligencia artificial avanza y se vuelve más compleja dentro de esta industria, las estrategias elegidas por varios gigantes tecnológicos sin duda afectarán a sus negocios y sectores más amplios.
Es tan extraño. Imagínese trabajar en Microsoft. OpenAI está allí creando todas las cosas interesantes. Es casi como si Microsoft fuera a convertirse en una empresa de consultoría.
Todd McKinnon
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